Las personas con este trastorno, que también se conoce como trastorno de ansiedad, a menudo esperan lo peor, incluso cuando no existe razón aparente para ello. Anticipan desastres y suelen estar muy preocupados por la situación económica, la salud, la familia, el trabajo, u otras cuestiones.
Para el diagnóstico del trastorno de la ansiedad generalizada se establecen los criterios que se muestran a continuación:
1.- Exagerado nerviosismo y ansiedad sobre una cantidad amplia de actividades o acontecimientos, que se dilatan durante un periodo superior a 6 meses.
2.- El individuo no es capaz de controlar este estado constante de intranquilidad o le resulta demasiado complicado hacerlo.
3.- La inquietud y la ansiedad está relacionada con tres o más síntomas de los seis siguientes:
- Impaciencia o inquietud
- Fácil fatigabilidad
- Dificultar para mantener la mente en blanco y concentrarse
- Rigidez muscular
- Irritabilidad
- Sueño alterado (insomnio)
4.- La alteración no está provocada por los efectos de una sustancia (medicamentos o drogas), ni a otro problema de salud (hipertiroidismo).
5.- La ansiedad, síntomas físicos o la preocupación derivan en deterioro laboral, social, malestar clínicamente significativo u otros aspectos importantes de la vida cotidiana del sujeto.
6.- La alteración no está provocada por otra afección psicológica, por ejemplo, ansiedad por ataques de pánico, fobia social, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad por separación o desapego de una persona, recuerdos traumáticos, anorexia nerviosa, esquizofrenia o trastorno delirante.
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