La ansiedad es buena, normal y funcional como un dispositivo adaptativo. En este contexto, no resulta un inconveniente para la salud. Sin embargo, en muchas ocasiones, este mecanismo actúa deficientemente provocando problemas de salud mental en las personas, en vez de ayudar, inhabilita. ¿Qué factores influyen para que un instrumento saludable, adaptativo y normal ya no lo sea?
Factores predisposicionales que provocan ansiedad
De tipo biológico (reaccionar físicamente de manera desproporcionada en la presencia de estrés), algunos de ellos por herencia genética; de personalidad (estilos atribucionales, patrones a la hora de afronta el estrés, estilo de vida); factores ambientales (educación recibida, aprendizaje, apoyos sociales, contextos).
Factores activadores o desencadenantes que producen ansiedad
Acontecimientos o situaciones vividas como un obstáculo o peligro para la consecución de un nivel social, logros o planes de acción, o que merman nuestra aptitud para conseguirlos o mantenerlos. Igualmente la consumición de estimulantes.
Factores de mantenimiento de la ansiedad
Ligados a la gestión de la ansiedad propia, la conversión en un problema de aspectos no conflictivos anteriormente como resultado de la propia ansiedad, establecimiento de mecanismos fóbicos, el “temor al miedo”, etc.
La combinación de varios de estos elementos durante un periodo de tiempo producen los problemas de ansiedad. Habitualmente, el trastorno de ansiedad no lo provoca la presencia de uno sólo. Por lo general, los trastornos de ansiedad son vistos como la consecuencia de la interacción o suma entre estresores externos y factores de predisposición. La presencia de un elemento estresor (acontecimientos vitales, una enfermedad), unido a factores de riesgo que inducen a un individuo a sufrir un trastorno de ansiedad (estilos atribucionales, componentes genéticos, etc.) compromete la capacitación de afrontamiento del sujeto y dirigir al avance de un problema de ansiedad.
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